Lander Diaz de Gereñu: «El mayor reto es convencer a la sociedad de que los objetivos de Debagoiena 2030 son necesarios»
22-02-2021
La iniciativa Debagoiena 2030 nace con el objetivo de lograr una comarca de Debagoiena inteligente, inclusiva y climáticamente neutra para el año 2050. La Junta de Gobierno está formada por trece entidades promotoras entre las que se encuentra el Grupo ULMA.
Entrevista a Lander Diaz de Gereñu. Presidente del Grupo ULMA.
Ha pasado un año desde el inicio de la pandemia. ¿Cómo resumirías la experiencia del grupo en este sentido?
La verdad es que no ha sido nada fácil. Diría que nadie en el mundo estaba preparado para una pandemia así, y ULMA también estaba en esa situación. Cuando llegó la situación de emergencia, tuvimos que responder rápidamente, con dos objetivos: proteger a nuestros trabajadores y dar continuidad a nuestros negocios. Hay que destacar la actitud responsable que ha mostrado nuestro colectivo de trabajadores en general y el deseo de sacar adelante sus negocios.
ULMA forma parte de la iniciativa Debagoa2030. ¿Por qué?
La respuesta corta sería que la iniciativa se ajusta a los principios de la cooperativa, pero hay una respuesta más larga. Las cooperativas se basan en la transformación social. Todas las cooperativas tenemos nuestros proyectos e iniciativas de transformación social. El Grupo ULMA gestiona las mismas a través de su fundación. Pero queremos ir más allá y para que el impacto social sea mayor tenemos que incidir como sociedad. Las cooperativas no somos más que una parte de esa sociedad, cada una con su alcance. Si queremos hacer algo grande, lo tenemos que hacer entre todos y todas, y para eso es imprescindible que nos juntemos diferentes agentes en torno a una mesa. Esa es la razón por la que ULMA es miembro de la iniciativa D2030.
¿Cuál debería ser el papel de D2030 en los próximos años?
D2030 debe ser el espacio entre agentes con objetivos comunes. Como he dicho, en Debagoiena varios agentes trabajamos por separado con objetivos similares, y es importante juntar todas esas fuerzas y hacer proyectos juntos. Los objetivos que están sobre la mesa no se pueden llevar a cabo sólo desde algunas instituciones, sino que se requiere la adhesión de la sociedad, y ahí es donde tenemos el mayor reto: hacer creer a la sociedad que los objetivos de la iniciativa D2030 son necesarios para todos.
¿Qué trabajos realiza ULMA como grupo respecto al clima, la inclusión y la digitalización que asume D2030?
Hay negocios tan diferentes en el Grupo ULMA que cada uno tiene que hacer su trabajo. Tenemos grupos de trabajo comunes, por supuesto, pero un negocio dedicado al mercado de materias primas y otro de IoT no tienen ni las mismas necesidades ni las mismas oportunidades para trabajar estos temas. Como objetivo general, está claro que tenemos que estar ahí, pero luego en el día a día, cada negocio tiene que hacer su camino, y en eso estamos.
¿Cómo ve a los trabajadores de las cooperativas ante este tipo de retos?
Hay muchos trabajadores en el Grupo ULMA y no se puede generalizar. Cuando empezamos a preguntar nos llevamos muchas sorpresas y vemos que muchos de nuestros trabajadores y trabajadoras están muy involucrados en muchos proyectos. Sin embargo, la situación de cada uno puede ser muy diferente, pero creo que hay conciencia. El trabajo de los que tenemos un puesto de responsabilidad también es hacer aflorar que esos retos están ahí y atraer al colectivo.
¿Cómo hacéis para trasladar ese compromiso con la responsabilidad social hasta los trabajadores?
Muchos trabajadores traen la responsabilidad social desde casa. La clave es que la cooperativa también ofrezca oportunidades en el ámbito laboral. La cooperativa tiene sus valores y principios y los mencionamos más de una vez. Sin embargo, nadie interioriza algo por escucharlo un día, hace falta continuidad y contagiar al colectivo con una actitud ejemplar; si la cooperativa es modélica respecto a sus principios y valores, será más fácil que el colectivo se sume y que la transmisión ocurra.
Hemos oído muchas veces que esta responsabilidad colectiva de las cooperativas ha sufrido un importante declive.
No creo que sea cosa de cooperativas, sino de la propia sociedad. Sin embargo, no creo que sea así al cien por cien. La sociedad es más individualista que hace 50 años, y creo que eso lo ha traído el bienestar, pero generalizar no es bueno. Si miramos al entorno, se observan muchas iniciativas que demuestran esa responsabilidad. Quizás esas iniciativas se hagan de otra manera o se les dé otra visibilidad, pero ahí están.
¿Se hace algo para invertir esa tendencia?
Sin duda, las cooperativas contamos con herramientas para hacer aflorar e impulsar esta responsabilidad colectiva. Y también las ponemos en marcha. El Grupo ULMA creó hace unos años la Fundación ULMA como herramienta de transformación social. Se realizan diferentes iniciativas y estamos en contacto con muchas asociaciones para realizar este recorrido. No voy a decir que sea fácil y que vayamos rápido por el camino, pero nos vamos, y cada vez tenemos más claro cuál es el recorrido.
Esta entrevista es una traducción de la publicación de Goiena.eus.
Fotografía decida por el Grupo ULMA.