Dorleta Ibarra: «El rol de las empresas es clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero hay dificultades»
20-04-2022
El IMO (Innovation-Management-Organization) es un grupo de investigación orientado al desarrollo de un sector industrial y tecnológico más sostenible. Es parte de la Escuela Politécnica de Mondragón. Hablamos con Dorleta Ibarra, investigadora del centro.
Desde su experiencia en la gestión de la innovación, el grupo de investigación IMO (Innovación-Gestión-Organización) está acompañado en los procesos de trabajo a la iniciativa D2030.
IMO es un grupo de investigación orientado al desarrollo de un sector industrial más sostenible. ¿Cuál es vuestro cometido?
Nuestro equipo de investigación incluye las tres P-s: Profit, Planet y People. Es decir, económica, medioambiente y sociedad. Nuestro objetivo es ayudar a las empresas a desarrollar actividades económicas competitivas, en línea con una economía baja en carbono, con empleos de calidad y con personas implicadas. Para conseguirlo nos basamos en cuatro ámbitos de especialidad: Innovación, Emprendizaje Universitario; Gestión Estratégica de Personas y Economía Circular. Nuestra investigación, en particular, está enfocado a las empresas, industriales o no.
También trabajáis con la iniciativa Debagoiena 2030. ¿Cuál es vuestro papel en esta colaboración?
Por nuestra experiencia en la gestión de la innovación –metodologías, procesos, técnicas, herramientas…– estamos apoyando en los procesos y líneas de trabajo que tiene en marcha la iniciativa Debagoiena 2030. Precisamente, D2030 veía la necesidad de estructurar procesos de trabajo a través de técnicas y herramientas. En definitiva, cómo alinear los proyectos con los objetivos de Debagoiena 2030, cómo transferir el conocimiento…
¿Qué tenéis para ofrecer el uno al otro?
Desde IMO podemos ofrecer a D2030 la capacidad de llevar a la práctica el conocimiento, nuestra orientación práctica, las metodologías, el proceso, las herramientas, las dinámicas, la capacidad de interlocución con otros agentes y la capacidad de crear redes. Por otro lado, D2030 nos permite participar en la transformación de nuestro entorno, formar parte de una iniciativa avanzada y real de transformación y poder aprender de este proyecto y sacar conclusiones, generar más conocimiento, investigación y transferencia, entre otras cosas.
¿De qué manera puede contribuir D2030 a la evolución del tejido industrial de la región?
Los retos a los que nos enfrentamos hoy en día son muy complejos y los cambios aislados para darles respuesta no son suficientes. La colaboración entre agentes, empresas, cooperativas, administración pública, sistema educativo, agentes sociales… será fundamental para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que nos hemos marcado. No sólo eso, sino que también será clave un enfoque sistémico de la innovación, es decir, identificar y reforzar sinergias entre iniciativas que multipliquen los resultados sociales, económicos y ecológicos y los extiendan a todo el territorio. Ahí vemos que la iniciativa Debagoiena 2030 puede ayudar. En definitiva, están ayudando a organizar un ecosistema de innovación abierto basado en la cooperación, y de alguna manera ahí pensamos que puede aportar a la evolución de la industria.
¿Cuáles crees que son las mayores dificultades que tiene la industria de Debagoiena, y cuáles sus valores?
Es evidente que la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible requiere de la implicación de las empresas, ya que no se logrará traccionando solo desde los agentes públicos. Ahí vemos que el rol de las empresas va a ser clave, pero que tiene dificultades. Las empresas a menudo pueden tener dificultades para acometer proyectos a medio-largo plazo, ya que sus retos son a menudo a corto plazo. No sólo eso, porque desde nuestra experiencia vemos que en el caso de las pequeñas empresas hay una falta de mecanismos prácticos. En cuanto a los valores, diría que en la comarca hay valores compartidos, hay una dinámica emprendedora de la sociedad y de las empresas y también hay una red de agentes comprometidos con el territorio.
¿Qué responsabilidad tiene la universidad en el camino hacia una industrialización justa?
La misión de Mondragon Unibertsitatea es transformar la sociedad a través de la enseñanza, la formación, la generación de conocimiento y la transferencia. Así, nuestras responsabilidades son, entre otras, seguir generando y transmitiendo conocimientos, formar o seguir trabajando en colaboración con las personas que van a ser agentes en la transformación de la sociedad e impulsar la cooperación.
MGEP tiene en marcha el proyecto Hirekin, en el que es impulsor D2030. ¿En qué consiste?
Con Hirekin se impulsará la transición hacia una industria sostenible y justa a través de la colaboración de empresas, emprendedores, investigadores y estudiantes.
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