Ibon Antero: «Es más difícil actuar de un modo colaborativo que hablar sobre ello, ahí está el gran reto»

23-03-2022

Ibon Antero es el responsable de Sostenibilidad y Transformación Social de Mondragon. Hablamos con él sobre el compromiso de las cooperativas con la transformación social y la contribución de Debagoiena 2030 a la transformación.

El Grupo Mondragon colabora con la iniciativa Debagoiena 2030 en diferentes ámbitos, ya que coinciden en muchos casos en sus objetivos y formas de hacer.

El Grupo Mondragon está en la Junta de Gobierno y en la Comisión Técnica de la D2030. ¿Qué valor le ve a la iniciativa?

Para impulsar una estrategia sólida y sostenible a largo plazo para la transformación social de la región, es imprescindible construir marcos de cooperación sostenibles. La iniciativa D2030 ofrece esa red abierta de colaboración que necesita la región, en la que tanto todo tipo de agentes como individuos tienen la oportunidad de emprender conjuntamente en torno a algunos de los retos sociales compartidos de hoy en día.

¿En qué ámbitos se pueden alimentar Mondragon y la iniciativa D2030?

En la base hay muchos elementos comunes -profundización en el desarrollo comunitario, transformación digital, verde, social, cooperación… – También en el portfolio de proyectos que se han definido en torno a D2030: sea con los retos relacionados con el futuro del trabajo, con la sostenibilidad… Por otro lado, D2030 ofrece un espacio de colaboración con otros agentes públicos y privados. La colaboración entre las cooperativas de la comarca y con otros agentes multiplica la capacidad de influencia y el impacto.

¿Cuales son los principales retos a los que se enfrenta el mundo del trabajo?

Los retos que tenemos por delante no son baladí. La incertidumbre es constante, no hay más que ver la situación geopolítica, a la que hay que añadir las necesidades de transición de las empresas: orientación hacia nuevos productos, servicios y sectores competitivos a nivel mundial; descarbonización y modelo circular de la industria; formación continua práctica, breve y duradera con responsabilidad activa de cada persona y mecanismos de financiación sostenibles que aceleren todas estas transiciones…

¿Está Mondragon cerca de afrontar los cambios que traerán la digitalización y la sostenibilidad por ejemplo?

La digitalización y la sostenibilidad son dos grandes retos transversales que están recogidos en la Política Socioempresarial 2021-2024 definida por el Congreso. Estas disrupciones darán lugar a la transformación de muchos negocios y puestos de trabajo y a la creación de nuevos, transformando el trabajo y los procesos. La investigación y transferencia a largo o medio plazo es necesaria, junto con los proyectos que incidirán a corto plazo. En eso estamos.

D2030 tiene como objetivo impulsar una transformación inteligente, inclusiva y climáticamente neutra para 2050. ¿Qué aportación pueden hacer las empresas en esta dirección?

En estos tres ejes se encuentra la aportación empresarial: inteligente, mediante la transformación digital; inclusiva, con un modelo socialmente justo y climáticamente neutra, midiendo, reduciendo y compensando el impacto ambiental de los productos y procesos.

En relación con estos temas, ¿en qué punto diría que se encuentra el proceso de transformación de las cooperativas?

La velocidad es diferente según el sector, pero la mayoría de las cooperativas ya están dando pasos. Paralelamente a la renovación de procesos y sistemas en la transformación digital, se están desarrollando programas de mejora de las capacidades de las personas. Y lo mismo pasa en la descarbonización de la industria, ya que se han puesto en marcha varios grupos de trabajo a través del Foro Ambiental. También está el Foro de Igualdad de Género. Estamos haciendo camino, aunque a ritmos diferentes; se trata de ir en la misma dirección.

¿Cuáles son las claves para que estas transiciones se refuercen? ¿El trabajo colaborativo puede ser uno de ellos?

Sí, así es. La colaboración es un componente que puede mejorar y acelerar estas transiciones. Imprescindible, además, en una escala regional si se quiere multiplicar la capacidad de influencia y el impacto. Sin embargo, más que hablar de colaboración hay que ponerlo en práctica y ahí está el gran reto.

¿Cuál crees que es el valor añadido de Debagoiena en esa transformación?

El cooperativismo de Mondragón nació como un proyecto de transformación de las personas y el entorno. Más allá de la creación de un nuevo modelo de empresa, la cooperativa se concibió como una estructura o recurso para la transformación social. Hay buenos mimbres para el punto de partida. El ecosistema creado hasta ahora es uno de los pocos ejemplos de innovación social a gran escala en el mundo. Necesitará mejoras, pero se basa en elementos de puesta en valor. Nos ofrece la oportunidad de reinterpretar la experiencia cooperativa de Mondragón ante nuevos retos y valores y dejar en manos de las próximas generaciones una región con un modelo de empresa y desarrollo basado en el bienestar social y la protección del medio ambiente.

Esta entrevista es una traducción de la publicación de Goiena.eus.